Hélène Elizabeth Louise Amélie Paula Dolores Poniatowska Amor nació en París el 19 de mayo de 1932. Su madre era hija de una familia porfiriana exiliada tras la revolución. En París se casó con otro exiliado, el heredero de la corona polaca Jean Evremont Poniatowski Sperry. Elena, heredó así el título de princesa de Polonia, aunque ella misma afirma que le importa muy poco y no frecuenta a su familia europea, que la llama 'La Princesa Roja'. Mexicana por herencia, decidió refugiarse en este país. Destinada en principio al matrimonio con un príncipe europeo, Elena decidió, sin embargo, dedicarse al periodismo. En 1953 empezó a trabajar en el Excélsior escribiendo crónicas de sociales que firmaba como Hélène. Un año permaneció en Excélsior, y de ahí pasó a Novedades, donde se ganó un público que la seguía gracias a sus textos impredecibles. En 1954 publicó su primera novela, Lilus Kikus. Elegido presidente Luis Echeverría, ecretario de Gobernación durante la matanza de 1968, concedió el premio literario Xavier Villaurrutia a Elena Poniatowska, en 1971, por La noche de Tlatelolco, pero ella lo rechazó. En 1979 recibió el Premio Nacional de Periodismo. Cronista del terremoto de 1985 y del conflicto de Chiapas, sigue compaginando su labor periodística con la literaria. Es doctora Honoris causa por las universidades de Sinaloa, Toluca, Columbia, en Nueva York, y Florida, en Miami, pero el título del que se siente más orgullosa es el de abuela. Elena dedica buena parte de su vida a escribir novelas, cuentos, poemas, artículos, entrevistas y, mal que le pese, prólogos y presentaciones de libros. En fechas recientes ha recibido dos galardones por su labor periodística y su compromiso con la libertad de expresión: la Medalla al Mérito Ciudadano, y el 17 de junio pasado la Universidad de Columbia le otorgó el premio Maria Moors Cabot 2004, que reconoce la excelencia a periodistas y editores en América Latina que "han demostrado su compromiso con la libertad de prensa y las relaciones interamericanas". Al hogar de Elena Poniatowska se llega por un jardín cuajado de flores y colores. Su sendero de baldosas rojizas da paso a una casa donde la blancura sentó sus reales y sólo le permite destacarse más que a ella, a los libros. Vemos altos libreros y espejos que multiplican la presencia de los libros y la nuestra, como colocando a personas y libros en la misma dimensión. En este brillante espacio donde todo remite al amor por las letras, Elena Poniatowska, con su calidez habitual, dedicó un momento de su precioso tiempo a conversar con Club de Lectores. Al comentarle que la misión de Club de Lectores es llevar la letra impresa a toda la República, especialmente a las comunidades menos favorecidas del país, su sonrisa no se hizo esperar. "¡Qué bueno! ¡Qué bueno que lleven la literatura a toda la República! ¡A mí me parece espléndido todo lo que se haga para promocionar la lectura!"
LA LECTURA EN EL DESARROLLO DEL PAÍS
Creo que la lectura juega un papel enorme en la transformación del individuo y cuando los individuos se transforman, pues hacen mella en la vida del país. Un dirigente que lee, tiene cultura y ama los libros es muy distinto a uno que no sabe nada de nada, a uno que jamás ha leído. Eso lo vemos sobre todo con el presidente Fox, que nunca nos ha dicho quién es su autor favorito o qué libros lee... como cualquier empresario gringo que no lee, aunque hay muchos que sí leen, debo reconocer.
SER ESCRITORA
Lo ejerzo como una profesión, soy periodista desde 1953, empecé muy chavita, muy joven y desde entonces ejerzo mi profesión, pero no pienso que soy una escritora. No estoy diciendo si soy buena o mala escritora, lo que sí digo es que escribir es mi profesión y mi vocación.
SOBRE LA MEDALLA AL MÉRITO CIUDADANO QUE
LA ASAMBLEA DE REPRESENTANTES LE OTORGÓ RECIENTEMENTE
Yo creo que me la dan sobre todo por los libros que he hecho que tienen que ver con la realidad de México, como La noche de Tlaltelolco o Fuerte es el silencio.LA REALIDAD SOCIAL Y LA FICCIÓN EN LA LITERATURA
Yo creo que se puede hacer ficción a partir de una realidad social, creo que no hay ficción, salvo la ciencia ficción, que no esté basada en la realidad. Incluso creo que todos los escritores se basan en sí mismos para escribir, que siempre se meten a sí mismos en sus novelas, en sus cuentos, y hasta en su poesía.
SU OBRA
Tengo más de 40 títulos publicados, muchos prólogos e introducciones a libros de periodismo, fotografía, a toda clase de libros. Por ejemplo, ahora me piden que haga muchos prólogos, quizá por la edad, y eso sí me quita tiempo de lo que yo verdaderamente quiero hacer, que es escribir. Por ejemplo, el martes voy a Ciudad Juárez, por lo de las Muertas de Juárez, vivo matándome haciendo cosas que no tienen que ver profundamente conmigo, pero creo que esta es una cosa importante que ha sucedido en nuestro país y que no se resuelve.
LOS MAYORES PLACERES EN SU VIDA
Lo que más me complace son mis hijos, estar con mis hijos y mis nueve nietos. Eso es lo que me da felicidad. Pero después de eso lo que más felicidad me da es la escritura.
SOBRE ESCRIBIR Y LEER
La escritura viene en la vida, de la observación de todos los días, de estar escuchando a los demás y de estar tirando mucho al cesto de la basura las cosas que no salen bien. Pero es un trabajo, una disciplina. Escribir es como ser carpintero, es un trabajo, un día sale muy bien una mesita... o una sillita, y uno se siente muy contento porque siente que ha logrado algo y que le salió bien. Los libros son parte de la vida interior de cada ser humano. Tener un libro al lado de la cama es tener un amigo, un consejo y un apoyo seguros. Además, leer nos forja un universo que, a su vez, nos ayuda a enfrentar al universo y la vida cotidiana que a veces es muy dura. Los libros nos ayudan a soportar la muerte, porque a otros se les ha muerto, antes que a uno, un ser querido. Los libros nos ayudan a soportar la enfermedad. Los libros son contraveneno, contra... el abandono, el desamor. Por ejemplo, las mujeres, cuando más escriben poemas de amor es cuando el novio o un amante las abandona. La escritura, el manifestarse, es un apoyo enorme. Creo que escribir es una especie de psicoanálisis. Porque, quiérase o no, se escribe lo que le sucede a uno, entonces en la mañana puede uno escribir lo que le sucedió en la noche o el día anterior. Y vaciarse de rencores, vaciarse de odios, decepciones y de traiciones también.
LIBROS QUE IMPACTARON A ELENA PONIATOWSKA
En un libro me impacta su veracidad, su poesía, su modo de decir las cosas, su modo de llevarme, de informarme; a mí me gustan los libros que me enseñan algo. En general los libros intimistas y los de autoayuda no me interesan, porque me parece que son puramente comerciales. Cuando yo era joven, adolescente, me impactó mucho Ana Karenina, de León Tolstoi, y hace como veinte años me impactó una barbaridad el libro de Mercè Rodoreda, se llama La plaza del Diamante, y muchos otros libros de muchos autores que leo con fruición. Hay un autor que amo muchísimo, un inglés que vive en un pueblito de los Pirineos, en Francia, que se llama John Berger; es un gran escritor, a mí me llena muchísimo.
LIBROS QUE RECOMIENDA
Jacinto Canek, de Ermilo Abreu Gómez, me parece un libro muy importante; me gusta mucho El Periquillo sarniento; Ángel de Campo, Micrós, es un autor muy relevante; de Miguel León Portilla, Los antiguos mexicanos. Me parecen muy importantes las dos novelas de José Emilio Pacheco; para mí son esenciales porque reflejan su época. Y me parece sumamente importante leer, desde luego, a Juan Rulfo, porque es un escritor que nos da una nueva visión de la tierra y el campo en México.
Numero 9
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