Una tarde de primavera, en el día que se conmemora el Día Internacional del Libro, visitamos a la académica y psicoanalista Valentina Cantón Arjona para así continuar con nuestras entrevistas que tienen el objetivo de acercar a los autores con sus lectores. Antes que nada, invitamos a la maestra Valentina a que se presente.
—Para rastrear los hilos de mi trabajo y perspectiva actual respecto a la educación debo señalar mi punto de partida. Me formé como psicóloga y elegí la psicología experimental como área terminal por mi interés por el método, los métodos y su implementación y desarrollo. Esta elección me permitió descubrir que las dificultades que presenta cualquier método no radican en en sí mismas sino en la capacidad que tenga el sujeto que lo aprende o lo aplica para interiorizar una lógica: gracias al método el sujeto aprende a estar en el mundo más allá de la casualidad o el mero azar. Descubrí, también, que la interiorización del método es esencialmente un proceso educativo, formativo. Tenemos que aprender/enseñar “métodos” para obtener respuestas más o menos adecuadas a las situaciones y problemas que nos ofrece la vida cotidiana. Llegué, pues, a la convicción de que tener método y un acercamiento metódico a la vida nos permite estar en el mundo y sobrevivir con sentido; lo que me condujo al psicoanálisis como camino para investigar respecto a la interiorización del método como norma.
—Cuando tú dices “tener un método y un acercamiento metódico a la vida”, ¿te refieres a una cuestión normativa?
—En efecto, es una cuestión normativa, pero no entiendo la norma como la mera obligación convencional de un actuar repetitivo o estereotipado. Saber estar en el mundo nos obliga a construir respuestas innovadoras y creativas pues cada situación que enfrentamos es diferente, particular. Frente a cada nueva situación el método, la “norma”, nos permite saber usar las herramientas necesarias para ser capaces de descubrir las particularidades de cada caso y cómo abordarlo. La etología, el estudio del comportamiento de las especies en su ambiente natural, nos ofrece ejemplos: observaciones sistemáticas de la vida de primates no humanos muestran cómo éstos pueden generar nuevas respuestas frente a nuevas situaciones, es decir, generar respuestas adaptativas novedosas y útiles para la sobrevivencia. En el caso de los seres humanos, las respuestas adaptativas y de sobreviviencia de cada comunidad y cada sujeto se anclan -como nos lo enseña el psicoanálisis- en su historia, su contexto, la estructura de su subjetividad, y en su capacidad para analizar y poner en juego su herramental metodológico.
—Sobre este saber hacer que permite sobrevivir, me gustaría preguntarte si consideras que hay diferencia entre enseñar y educar.
—Entendido el sujeto como una producción cultural generada en un proceso formativo, puede considerarse en sentido amplio -y dialéctico- que no existe diferencia entre enseñar y educar pues ambos procesos son ida y vuelta de un mismo punto. Sin embargo, a partir de la definición clásica de educación como el proceso de transmisión de los valores materiales, culturales y morales de una generación a otra, la pregunta respecto a cómo se realiza esta transmisión abre el espacio a la diferenciación entre educar y formar, entre enseñar y aprender. Pero así como deben enunciarse enseñanza/aprendizaje como elementos constitutivos de un mismo proceso, debe considerarse enseñar/educar/formar como caras y momentos diferentes de un mismo esfuerzo. Todas son, pues, diferentes caras de un mismo prisma.
—¿Este conocimiento te ha impulsado a seguir estudios sobre pedagogía y ciencias de la educación?
—En efecto. Tuve la suerte de tener maestros abiertos a muy diversos modelos teóricos de formación y enseñanza que me guiaron en el estudio de esta concepción de la educación y la pedagogía.
—¿Cuál piensas que es ahora el papel de los maestros? ¿Crees que las propuestas de la NEM (Nueva Escuela Mexicana) permitirán que se modifiquen conductas y métodos de enseñanza?
—Durante 48 años fui formadora de psicólogos educativos, pedagogos, maestros de educación básica e investigadores en educación. En ese recorrido aprendí que los tiempos siempre exigen y permiten actualizar los modelos y pensamientos educativos, las necesidades educativas, las propuestas pedagógicas, y las líneas de enseñanza/aprendizaje. Como docente e investigadora también aprendí que dicha actualización - que es un movimiento pendular entre la conservación y el cambio de ideas, principios, valores, objetivos y prácticas - enriquece la investigación de los diversos paradigmas educativos; se traduce en el desarrollo de nuevas prácticas y herramientas y, principalmente, nos permite distinguir entre dos posiciones: una derivada las aportaciones de métodos rigurosos capaces de atender a la realidad, centrarse en los sujetos y los principios de los procesos formativos, y, otra, opuesta, derivada de opiniones o preferencias ideológicas (entendiendo como ideológica la construcción de una narrativa dirigida a justificar los actos personales o colectivos de los gobernantes o de los grupos a cuyos intereses sirve), opiniones y preferencias que, por otra parte, tienden a ser meros compromisos circunstanciales con el poder político en turno. La teoría pedagógica nos permite reconocer las aportaciones de diversas escuelas y pensamientos que han pervivido a través de los tiempos (la mayeútica socrática, la dialéctica platónica, la didáctica focalizada de María Montessori o la vinculación entre sujeto y comunidad de Celestín Freinet entre otras muchas más); nos obliga a estudiar las vicisitudes de sus historias y contextos y, finalmente, nos centra en el análisis de la coherencia, y consistencia de sus principios, y en su rigor como guías para la acción docente.
—Cuando dices “modelos pedagógicos” ¿te refieres a una línea de pensamiento o a una escuela que sigue determinados métodos?
—La educación tiene dos grandes dimensiones: la dimensión teórico-conceptual que concierne a la filosofía, la historia, la antropología, la sociología y la psicología y, la dimensión praxeológica que se centra en la acción e incluye preocupaciones tales como la didáctica, el diseño curricular, la evaluación educativa, la organización escolar, la elaboración de materiales o la enseñanza de las tecnologías entre otras. Los modelos pedagógicos – de los que se derivan las escuelas de acción pedagógica- se construyen a partir de visiones filosóficas, históricas, sociológicas, políticas, antropológicas y psicológicas que se integran y expresan en líneas de pensamiento que nos permiten construir, prefigurar, una idea de mundo, una idea de hombre, y nos brindan principios, valores y objetivos para definir una idea de educación. A partir de acciones del quehacer educativo cotidiano aprendemos/enseñamos a habitar con dignidad esas ideas prefiguradas y sus principios.
—De acuerdo con la información y las definiciones que nos has ofrecido, ¿consideras que ese es el método con el que se han elaborado los libros de la serie “Enseñanza del número. Teoría y práctica”, cuya autora es la maestra Virginia Ferrari?
—Los materiales acerca de la enseñanza del número de Virginia Ferrari resultan de la reflexión e investigación de su práctica docente; son materiales en los que logra expresar las aportaciones derivadas de su quehacer sin ambajes ni falsas declaraciones “teórico-doctorales”. La pertinencia y el valor de estas aportaciones radica, justamente, en que son resultado del dia a dia reflexionado de una maestra de educación básica guiada por la convicción, el compromiso, el estudio y la terca insistencia de que en todo proceso formativo es necesario desarrollar y fomentar el pensamiento matemático. Se trata, pues, de un ejemplo de praxis creadora en su más pura definición.
—Pensando en los modelos pedagógicos, ¿cuál consideras que ha sido un cambio fundamental en la educación?
—La invención de la escritura detonó en las sociedades un profundo cambio cultural y subjetivo tanto individual como colectivo que permitió su superviviencia y trascendencia histórica, social y cultural y modificó sus fundamentos educativos. Pensemos, por ejemplo, en la importancia de la ley escrita como un referente que iguala a los ciudadanos y es piedra angular del estado de derecho. En México, que poco leemos y menos escribimos, el tema de la escritura y su relación con la ley y el estado de derecho requeriría de un profundo trabajo de análisis e investigación a partir del cual sería posible generar un cambio fundamental en la educación.
—Siguiendo con la idea de la escritura y pensando en las nuevas tecnologías, ¿hasta qué punto la máquina de escribir se construyó como un agente de cambio fundamental en la historia de la cultura escrita?, ¿cómo se puede relacionar en la actualidad con el uso de los modernos sistemas electrónicos como la computadora, los teléfonos celulares y las redes sociales, entre otros, para investigar los modos de conexión entre escritura y tecnología?
—Gracias a la máquina de escribir logramos escribir más y difundir más ampliamente nuestras ideas; con las computadoras ocurre lo mismo: cambiamos los tiempos de elaboración y, potencialmente, impactamos en más ámbitos. Las señales de humo (forma efímera de escritura); la escritura en piedra; los tipos chinos; la imprenta; la máquina de escribir; la computadora, y el resto de las tecnologías de la comunicación son todas herramientas que fortalecen y fomentan la escritura, el acceso a la información y la divulgación del conocimiento. Gracias a su uso hemos aprendido a pensar más y más rápido, inscribir más saberes, corregir más errores, y estar más abiertos a compartir y replantear nuestro pensamiento. Pero quiero añadir algo respecto a la máquina de escribir como agente de cambio: esta tecnología derivada del principio de la imprenta nos generó un nuevo sentimiento individual/colectivo frente a la escritura y frente a la producción de nuestros textos y su difusión. Como la imprenta en su momento, la máquina de escribir nos preparó para las tecnologías que estaban por venir.
—¿Crees que la biblioteca es un espacio para significar el contenido de los libros y que la promoción de la lectura debería ser una práctica cotidiana en las bibliotecas?
—La biblioteca es un espacio construido para guardar y atesorar los bienes derivados del pensamiento y la cultura, es un espacio de conservación y transmisión patrimonial. Si bien conocemos tesoros escritos desde la antigua Mesopotamia, las bibliotecas públicas como las conocemos hoy se consolidan como espacios de formación ciudadana después de la Revolución francesa; espacios que antes eran posesión exclusiva del poder, del Rey, se convierten en espacios públicos al que todos tenemos acceso y del que todos somos propietarios. La biblioteca es un lugar para la cosa pública al igual que el museo, el jardín botánico, la escuela -y otros espacios más recientes como la fonoteca o videoteca. Su apropiación y disfrute exige y fomenta la alfabetización de los ciudadanos. En la biblioteca se enlazan los dos pilares fundamentales de la vida ciudadana: la lectura y la escritura.
—Para terminar esta entrevista, nos despedimos y agradecemos a la maestra Valentina Cantón Arjona la oportunidad de compartir sus experiencias con nuestros lectores.
Numero 88
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