Leer literatura es un lujo de la cultura

| POR Virginia Krasniansky
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Para este número, entrevistamos a una escritora joven, talentosa y con mucho futuro, editora digital de la Revista de la Universidad de México y conductora de TVUNAM. Comenzamos...

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Para mí es muy gratificante esta entrevista porque la asocio a los tiempos de mi incursión en el mundo editorial. Los maestros son un público de gran importancia y es necesario acercarse a ellos. Son los forjadores de materiales que nos preparan para transitar por este mundo e impulsan el desarrollo del potencial de cada persona.

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Ahora que estás en una etapa tan interesante de reflexión y de diálogo con diferentes puntos de vista, cuéntanos: ¿cómo fueron tus inicios y qué es lo que estás haciendo?

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Llegué a la Revista de la Universidad de México en abril de 2017; estoy cumpliendo aquí cinco años de trabajo. Ingresé con el equipo de la nueva directora, la escritora Guadalupe Nettel, y teníamos como propósito renovar la revista; queríamos seguir llegando al público que ya se tenía, pero también invitar a las generaciones nuevas para establecer un diálogo lo más amplio posible. Mi función era, y aún es, difundir contenidos relevantes como ensayos científicos, políticos, de arte y literatura, rescates históricos en un soporte que no fuera el papel. Creamos un sitio web en el cual se pueden consultar de manera gratuita todos los contenidos que aparecen en la revista. La revista de la UNAM es un bien público, y la Universidad devuelve a los mexicanos la inversión que realizan en las aulas. Para llegar a las personas que escuchan la radio, tenemos un programa donde se habla de los temas del mes e incursionamos también en la televisión por el canal de TVUNAM. Nos interesan mucho las personas que tienen una cultura oral.

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El acervo histórico de la publicación, ha sido digitalizado y está disponible en línea, permite consultar las más de 800 ediciones que se han publicado a lo largo de 87 años y que son un vehículo intelectual del México contemporáneo.

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Tú tienes una formación en la carrera de literatura, ¿cuál es, además, tu preparación académica que te ha ayudado en el desarrollo de esta propuesta?

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Comencé estudiando química, mis padres son científicos; quería estudiar la química del cerebro, sus componentes de emociones y la manera de percibir la realidad, pero no me interesaba tanto la química básica, las medidas y los cálculos, sino el tema del big bang o la composición de las estrellas. Me interesaba imaginar los colores, la historia de cómo se formaba el universo y por eso me cambié a la carrera de letras, que sí finalicé. Cursé esta carrera en Francia, porque me tocó la huelga de la UNAM. Apliqué para entrar a la Sorbona y fui aceptada; allí, la carrera se enfoca en literatura muy clásica y es muy exigente. Por eso, luego busqué una actividad en el medio editorial, ya que tenía claro que lo que yo quería era escribir, no permanecer en la universidad. Lo que me hace feliz es escribir y vincularme con lo creativo.

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Hablemos sobre tus libros. ¿Crees que sus títulos y contenidos son metáforas de la vida cotidiana?

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El título de mi libro Hematoma se refiere a un dolor concreto que tiene que ver con el cuerpo, un dolor que se origina en el contacto con cosas. Pero el dolor tiene un doble filo, por un lado, el corporal y por el otro el psicológico. Es un dolor es la prueba de estar vivo. Me viene a la mente una frase que se usa coloquialmente que dice: "Pellízcame para darme cuenta que estoy despierta"; esto se refiere a volverse consciente de estar en un lugar, en un espacio físico de la vida. El golpe deja una marca, que es la prueba que te golpeaste con el mundo. El título del libro engloba diversos cuentos.

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Publiqué un libro en Francia que se llama Cuaderno de violencia, y el protagonista es un personaje muy enojado que se confronta con la realidad circundante. En general, los franceses se vinculan de manera distante y no les gusta que los toquen; esa fue mi experiencia. La violencia que trato en esa obra no es una violencia extrema, sino pequeños dolores que hasta se vuelven placenteros y que son parte de la vida. En mi libro Las cicadas todos los personajes son mujeres que no están tanto en un conflicto con el mundo exterior sino en un desajuste con ellas mismas. Sienten contradicciones con el modelo de mujer que, de acuerdo a sus edades, les indica que cómo deben ser en el transcurso del tiempo.

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Vivimos insertados en un lugar con leyes, estructuras y temas particulares, ¿cuál sería, con respecto a esto, el mensaje de tus relatos?, ¿existe algún mensaje o alguna denuncia?

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No, no hay un mensaje determinado ni hay denuncia; lo que intento representar es lo que a veces no vemos porque está escondido dentro de nosotros mismos o en el interior de otra persona. La literatura puede explorar y revelar lo que no vemos a primera vista y que permite descubrir una vida más interesante.

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¿Cómo crees que los maestros pueden vincular los contenidos de tus libros, de la literatura que propones a un espacio de enseñanza y de reflexión para generar nuevas propuestas en pro de una mejor calidad de vida?

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Cuando digo que no hay mensaje determinado, me refiero a que cada lector o lectora saca un mensaje a través de la reflexión individual, siempre respecto a su circunstancia.

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Para finalizar esta entrevista, te hago una última pregunta: dada la circunstancia y el entorno en que vivimos, ¿cómo se relacionan la realidad física y la virtual, un espacio que tú desarrollas. ¿Cómo se conectan y qué podemos decir a los maestros que trabajan con sus alumnos la lectura en libros tradicionales llamados libros papel?

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El libro papel permite descansar de las pantallas. En estas hay mucha luz y ruido y el libro tradicional en papel es un objeto silencioso. No califico ni digo que es mejor el papel que las pantallas, sino que son diferentes y cada soporte tiene sus beneficios.

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Deseo agradecer a Club de Lectores la oportunidad de acercarme a los maestros, pues tengo un gran respeto por el trabajo que realizan y es fundamental en la construcción de cada persona. Leer literatura es un lujo al alcance de todos. Desearía que los maestros y los alumnos vivan con ese lujo. Eso da una mejor vida.

Numero 80

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