En esta oportunidad, tenemos el placer de entrevistar a un destacado escritor y dibujante de comics, un apasionado de su trabajo. Al inicio de nuestra conversación, presentamos Club de Lectores, una publicación y punto de venta de libros diferente, dirigido especialmente a maestros, pero también al público en general.

Antes de comenzar a hacerte preguntas, deseamos agradecer tu generosidad al compartir tu trabajo con nuestros lectores. Ahora, te pediría que nos cuentes sobre ti; ¿cómo surgió tu vocación de escritor y sobre todo, tu creativo trabajo de dibujante?

Yo soy parte de una familia de lectores. Casi todas las mujeres de mi familia eran maestras, fundamentalmente educadoras. La lectura es un hábito que ha estado presente en mi familia desde hace mucho tiempo y tuve el privilegio de crecer rodeado de libros. Nuestro paseo dominical incluía visitar una librería o un puesto de periódicos, y eso porque en mi familia estaba presente la idea de que la historieta era una lectura de menor complejidad para los niños y que después había una especie de graduación al libro. Por eso yo siempre tuve gran fascinación por las caricaturas, porque veía televisión.
En los años setenta, cuando yo era niño, miraba televisión, sobre todo caricaturas. Se decía que la televisión es una especie de aparato que no favorece la lectura, pero yo la considero una caja de maravillas que me permitió acercarme al dibujo y a la caricatura.
En esos tiempos no distinguía entre caricatura, cómic, historieta y dibujos animados. En mi familia hay muchos periodistas que tuvieron una importante influencia en mi formación.

Considerando la diversidad de motivadores que señalas y lo importante que ha sido en tu formación crecer en una familia de lectores y de periodistas, ¿crees que los contenidos de tus libros, tanto en cuanto a los textos como a los dibujos, se vinculan a la realidad circundante y a la actualidad que vivimos y que se pueden definir como novela negra o novela policial?

Creo que la novela policíaca es la hija mayor de dos cosas que me fascinan: el periodismo y las novelas de aventuras. Mi cercanía con el periodismo me permitió, a través de mi abuelo Bernardo y de mi tía Bertha Fernández, conocer a varios caricaturistas. A los 12 años, conocí a Helio Flores y me cambió la vida. Me recibió en su estudio, me mostró su trabajo y respondió a infinidad de preguntas de todo tipo. Salí de su casa en el sur de la ciudad de México decidido a convertirme en dibujante. De verdad, me siento privilegiado de haber definido mi vocación desde muy joven.

¡Qué maravilla! Gracias por compartir esta experiencia con nuestros lectores. Me gustaría conocer tus ideas sobre algunas lecturas y libros.

Siempre fui muy lector y para mí, parte de la canasta básica es tener un libro y estar leyendo un libro; hay veces que se me acumulan tres o cuatro al mismo tiempo. Reconozco no ser un dibujante prodigioso, pero es en el mundo de los cómics o en lo que actualmente se llama novela gráfica en donde puedo expresarme, y considero que es un vehículo narrativo poderoso y legítimo. También me he dedicado a escribir guiones para otros dibujantes. En la historieta autoral de México hay pocos guionistas; casi todos mis colegas son autores integrales.

¿Qué quieres decir con autores integrales?

Autores que escriben y dibujan sus propias historias...
Como comenté anteriormente, yo comencé haciendo guiones para otros dibujantes, y desde ahí fue dar un paso para escribir mis propios cuentos de ciencia ficción. Esta área de la literatura es mi gran amor literario.

Nos has compartido cómo inició tu carrera, ¿cómo la describirías hoy?

Una cosa me llevó a la otra. El mundo de los cómics me llevó a escribir guiones, que me condujeron a escribir cuento de ciencia ficción, lo que finalmente derivó en la decisión de escribir una novela policíaca para el concurso "Otra vuelta de tuerca "que se convoca desde el año 2005 en el estado de Querétaro. Es el Premio Nacional de Novela Negra Una vuelta de tuerca, y me animé. Yo pienso que la novela policíaca y la ciencia ficción en la tradición norteamericana vienen de la misma raíz, que es la obra de Edgar Allan Poe. Él es el primer autor de lo que ahora conocemos como ciencia ficción, horror y policíaco. Mi novela ganó el premio y así comenzó mi carrera como escritor y novelista, con el libro Tiempo de alacranes.

De acuerdo con tus experiencias y trabajo, ¿crees que esta terrible pandemia ha impulsado un nuevo orden mundial y que ha aumentado el hábito de la lectura en los nuevos formatos digitales?

Mi sensación es que, por lo menos en México, somos pocos los lectores, pero que en el transcurso del tiempo ha ido creciendo el hábito de leer. Esfuerzos como el que ustedes hacen en Club de Lectores, han permitido que se multiplique. Somos pocos lectores, pero que leemos mucho. En estas condiciones que mencionas, los lectores nos refugiamos en los libros, en cualquier formato.

¿Crees que hay una fórmula correcta para fomentar la lectura? ¿Qué importancia tienen las nuevas tecnologías?

Ahora con las redes se lee mucho más. En las redes, las personas leen como nunca. Creo que leer debe haber aumentado exponencialmente, aunque no leyendo lo que los educadores quieren que se lea. No conozco la información sobre si los libros digitales consiguen nuevos lectores, pero pienso que quizá los que leían mucho en libros impresos ahora pueden leer aún más. Respecto a la promoción de la lectura, creo que la comunidad educativa debe poner el ejemplo. Me refiero a los miembros de la familia y también a los maestros. Considero que ellos tienen que ser lectores, y es importante que el libro sea una fuente de asombro placentero.

¿Qué mensaje podrías ofrecer a los maestros y maestras para ayudarlos en su trabajo?

Hay una anécdota del director, compositor y fundador de la orquesta de cámara de Radio Universidad y de la filarmónica de la UNAM, Luis Herrera de La Fuente, que cito muy seguido, que es cuando un periodista le preguntó: "Maestro, ¿cuál es la buena música?", y el maestro, con gran sabiduría y humildad, respondió: "La buena música es la que a usted le guste". De la misma forma, los buenos libros son los que le gusten al lector.
En México, tenemos una importante cultura iconográfica y visual, por lo que los cómics, la novela gráfica, los álbumes y las historietas son herramientas invaluables para impulsar y promover la lectura.