El placer de la lectura es único e irrepetible

| POR Virginia Krasniansky
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Marcial Fernández
El placer de la lectura es único e irrepetible

Por Virginia Krasniansky

En esta oportunidad, para nuestros socios lectores, maestros y público en general, realizamos una entrevista con un autor diferente. Nos preguntarán: ¿por qué un autor diferente?; y responderemos: porque es un autor que, además de apreciar el valor que tienen los libros y el placer de la lectura, tiene una casa editorial, trabaja con una personal mirada y con un sello propio.

¿Cómo te presentas?

Soy Marcial Fernández. Me dedico a escribir y editar libros, pero lo que más me gusta es leer. Agradezco que me permitan estar presente en Club de Lectores. Las tres vocaciones citadas, más que profesiones que lo son yo no las busqué, sino me encontraron. Y si bien cada una tiene la magia al ofrecer diferentes sorpresas, asombros, maravillas, ser lector permite dialogar, meterse en la cabeza de hombres excepcionales; leer se me figura como un acto de telepatía entre el escritor y el lector. Yo así conocí y he charlado con Borges, Paz, Papini, Shakespeare, Cervantes, etcétera. Y el placer de esas conversaciones silenciosas, exquisitas, es único e irrepetible, pues cada lector tiene la propia que versa sobre los mundos, la experiencia, que éste contiene. Y mientras mejor se conozcan a esos autores, a los propios mundos, la vida se vuelve más agradable.

Vinculado a lo que mencionas, sobre que cada lector, de acuerdo con su característica, establece un diálogo muy personal con un autor, cuándo tú escribes, ¿piensas en tu público lector?, ¿piensas en temas dirigidos a determinado público?

Te confieso que cuando escribo literatura lo hago para mí mismo, con la salvedad de que cada día que despertamos somos una persona diferente a la de la noche anterior. Por eso, en mi caso, escribir, leer y corregir, es algo placentero y gratificante, porque puedo armar un monólogo con muchos individuos a la vez que nunca me dejan solo. Ahora, cuando invito a escritores para que publiquen en la editorial, por las características que tiene Ficticia, por lo general son autores con los que tengo afinidades y coincidencias. Mi editorial es una de las llamadas alternativas o "independientes", que de independiente no tiene nada, porque depende de los lectores que compran, leen y recomiendan estos libros; sin embargo, así han sido clasificadas las editoriales que no pertenecen a los grandes grupos... Somos casi cien sellos alternativos en el mercado; mejor dicho, cien alternativas de literatura en el mercado. Ficticia está por cumplir veinte años de ser una editorial especializada en narrativa breve contemporánea escrita en español, cuento y microrrelato, aunque también publicamos otros géneros.

Me gusta más la definición de "alternativa" que la de "independiente". Me llama la atención el nombre de la editorial, Ficticia, pues lo relaciono con lo creativo, y pienso que, al seleccionar autores, priorizas en lo que ofrecen en su mensaje creativo. ¿Qué nos puedes decir al respecto?

La editorial comenzó con una página de internet, como un portal, como una ciudad virtual de cuentos e historias: ficticia.com, que lo mismo participaban artistas plásticos que narradores y lectores. Al poco tiempo, sin embargo, como mi generación es más de libros que de universos digitales, dimos el saltó al papel y mantuvimos la especialización en el cuento, que es un género muy interesante porque, en su construcción, no soporta un gramo menos de músculo, ni un gramo de más de grasa, que debe transformar una anécdota en una pieza de arte con características delimitadas, que requiere, además de técnica, un don especial por parte del escritor, pues se trata de un texto que no permite errores. Pero si bien el cuento es el rey de Ficticia, también tenemos colecciones de novela, ensayo e, incluso, obras académicas, de divulgación. Una colección que en lo personal me gusta es Al vuelo de risa, que son estudios sobre el acto de reír, el humor y su genealogía, etcétera, y también El gabinete de curiosidades de Mester Floh, que son los libros que el escritor Javier García-Galiano considera indispensables en su propia biblioteca.

¿Crees que el cuento podría ser un género útil para facilitar la promoción de lectura y lectores?

Más que el cuento, que no es un género fácil, sí uno de sus hijos, llamado microcuento, microrrelato, minificción, ficción súbita, cuento brevísimo, bonsái, jíbaro, cuántico, entre otros mil nombres. Pues tanto el cuento como el cuento brevísimo que es el nombre que usaba el maestro Edmundo Valadés en su revista El cuento producen en el lector algo que se llama epifanía, que en la religión es el milagro, el pensamiento mágico puesto al servicio de un mundo real y extraordinario. Y quien es tocado por ese goce epifánico, por ese pedazo de Paraíso en la Tierra, se convertirá en lector hasta el último de sus días.

Me dijeron, quienes te conocen, que tú eres aficionado a la tauromaquia, ¿puedes contarnos sobre ese tema?

Durante muchos años escribí crónica taurina en varios periódicos y revistas de México y España; escribía con el pseudónimo de Pepe Malasombra. También con ese nombre publiqué 7 libros de tauromaquia. El toreo me interesó por su similitud con la literatura. Por ejemplo, en los toros, la gente que, al unísono y sin ponerse de acuerdo, grita "ole", en realidad está gritando "Alá", el nombre de Dios en varias religiones árabes, pues en la capa o en la muleta del matador ve al Todopoderoso justo en el encuentro toro-torero. Y ese ole es la epifanía que uno también siente con ciertos textos literarios.

Volvemos al tema editorial, y para que los maestros descubran la cantidad de actividades que puede realizar un escritor, reitero la pregunta: ¿para quién escribes?

Cuando escribo literatura lo hago para mi yo futuro, pero cuando escribo periodismo, escribo para un público determinado.

En Club de Lectores intentamos acercar el autor al lector, ¿cómo crees que se pueden hacer esto en una editorial como Ficticia, que tiene características muy particulares?

Crear nuevos lectores es fácil, contrario a lo que se piensa. Si tú ofreces a una persona un libro bien hecho y cuyo contenido le provoque goce, conviertes a un potencial lector, en lector. Por lo tanto, quiero hacer énfasis en que el contenido y la hechura de un libro son muy importantes. También es necesario señalar que un libro tiene un valor material, que nos cuesta a todos. Por ejemplo, el llamado "libro de texto gratuito" paradójicamente no es gratuito, sino lo pagamos todos con nuestros impuestos. La idea de gratuidad, que el libro no tiene un valor económico, le ha hecho mucho daño a las personas que no lo saben apreciar y, por lo tanto, a la pequeña industria editorial mexicana, pues con tal desvalorización es imposible tener una gran industria dedicada única y exclusivamente a producir literatura. Y con esto no digo que los niños y jóvenes dejen de recibir sus libros de texto al principio de sus estudios, sino que se acabe con la mentira que esos libros se los regala el Estado, el ogro filantrópico del que hablaba Paz, pues el libro es un bien caro y así habría que valorarlo.

Se ha realizado un encuentro de minificción como conmemoración a los cien años del nacimiento de Juan José Arreola, ¿qué nos puedes decir al respecto?

Juan José Arreola fue un desacralizador de la literatura para unos cuantos y, por lo tanto, promotor de la lectura en grandes públicos televisivos. El nombre de Ficticia incluso se debe a una doxografía, atribuida al ficticio Homero Santos, que aparece en el libro Palindroma, de Arreola. Dice: "Los habitantes de Ficticia somos realistas. Aceptamos en principio que la liebre es un gato". Y en Ficticia aspiramos continuar ese canon al que pertenecen Alfonso Reyes, Edmundo Valadés, el propio Arreola, Juan Rulfo, Salvador Elizondo, José Emilio Pacheco, entre muchos otros, y que la tradición cuentística mexicana, una de las más importantes del mundo, se mantenga viva, floreciente, cruel, magnífica, mágica, violenta y fascinante por los siglos de los siglos.

Por último, deseo preguntar tu opinión sobre las nuevas tecnologías.

En internet puedes leer textos breves o microficciones, pues en el mundo virtual las obras pertenecen más a la cultura de la imagen que a la escritural o literaria. Nosotros tenemos más de cincuenta títulos en formato e-book, pero tienen menor demanda que en papel.

¿Cuál sería tu mensaje para nuestros lectores?

Agradecer a Club de Lectores la oportunidad de acercarnos a sus miembros y decir que me llena de satisfacción compartir la mirada y el diálogo con nuestros autores.

Numero 66

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