El ejemplo de leer se da en la casa y en la escuela

| POR Virginia Krasniansky
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Es un verdadero placer presentar en esta entrevista a un autor de poesía y de novela.
Así acercamos a los maestros y lectores a un escritor con talento brillante que deja mensaje profundo y calor humano en sus libros.

Me gustaría que te presentes para que nuestro público conozca tus inicios y tus fuentes de inspiración.

Comencé a escribir cuando tenía 15 años de edad. Fue mi primer encuentro con el amor. Así pude descubrir mis emociones y mis limitaciones. La escritura era para mí, fue en aquel momento y sigue siendo, un espacio de tiempo, un bálsamo. Fue hasta los veinte años que comencé a escribir de una manera más formal.

Tú eres originario de Tequila, Jalisco y en otros pueblos del Estado también han nacido escritores muy famosos. ¿Han sido ellos inspiradores de tu escritura?

Es innegable la influencia de Rulfo y de Arreola. Jalisco tiene pueblos mágicos que han marcado mi escritura. En mi novela El orden Infinito se refleja claramente, pues Analco, el pueblo donde se desarrolla la historia, en realidad es Tequila. Esta novela quedó finalista en el Premio Planeta Argentina 2006, novela que publicó Planeta México en 2007.

¿En qué expresión literaria te sientes más cómodo para escribir?

Yo siento que sigo escribiendo poesía aún en la narrativa. Mis novelas tienen mucho recurso poético. La poesía es compactar, decir más en menos palabras. Con la narrativa expando un poco más mi universo poético. Sin embargo, he notado, que la retroalimentación con los lectores la he tenido más con la poesía. Mi libro reciente, Lo que dejó tu adiós es la prueba elocuente de esta afirmación. Los lectores jóvenes se identifican mu cho con mis poemas.

¿Crees que la inspiración se complementa asistiendo a talleres de formación con otros poetas?

Tengo gratas experiencias por asistir a diferentes talleres. Durante cuatro años asistí a talleres con Guillermo Samperio. Aunque antes fui también tallerista con Elías Nandino, un poeta de la generación de los Contemporáneos. Nandino nació con el siglo pasado y fue oriundo de Cocula, Jalisco. Con estos maestros no sólo aprendí a escribir, sino también aprendí a dar talleres. Por eso ahora ofrezco talleres a jóvenes escritores sobre creación literaria. Así pueden aprender a leer y escribir literatura, sacar del lenguaje cotidiano la inspiración para escribir sus historias.

¿Qué opinas sobre las publicidades de promoción a la lectura?

Nada que sea forzado o que se exija autoritariamente da buenos resultados. Creo que el ejemplo de leer se da en la casa y en la escuela. Yo comencé a leer por ver a mi madre leer, leía muchísimo y a su vez ella me leía en las noches antes de dormir. Es necesario que en las escuelas, los maestros, después de leer un texto de novela, cuento, o poesía pidan a los alumnos que escriban un ensayo para conocer la comprensión lectora y las aptitudes de escribir. Es un aprendizaje para escribir y expresarse de manera diferente.

¿Qué opinas sobre los nuevos soportes de lectura y la influencia de la tecnología para promover la lectura?

El libro sigue siendo el libro en papel, los otros soportes son importantes pero hay que rescatar y resaltar la lectura de largo aliento. Con las nuevas tecnologías y los nuevos soportes de lectura estamos acostumbrando a los jóvenes a leer fragmentos. Sólo con el libro se fomenta la lectura de largo aliento y dejar a los soportes electrónicos como un complemento. Creo que los profesores deberían también utilizar las nuevas herramientas de Facebook y Twitter para acercar a los escritores con los jóvenes lectores. Que no les dé miedo, hay escritores muy accesibles y pueden construir una relación más cercana. Es otra manera de generar más lectores. Las redes sociales, además de las portadas de Club de Lectores, acercan a los autores con los lectores. Así demostramos que los escritores somos trabajadores obreros de la palabra.

¿Qué mensaje le darías a los maestros para que fomenten el gusto por la escritura y manifestarse en el escritor oculto que cada quien tiene?

Guillermo Samperio decía que todos somos escritores, todos tenemos historias que contar. Para eso sirven los talleres literarios, para aprender a contar las historias que conocemos. Es importante resaltar que cuando se escribe literatura hay que escribir sin pudor, con la verdad desnuda. Es así como se llega profundamente al lector.
Agradezco a Club de Lectores este acercamiento con los lectores y que siga promoviendo libros en beneficio de la educación, fomentando la lectura y escritura.

Numero 60

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