Entrevista con un pedagogo reconocido y calificado que permitirá a los maestros conocer y compartir experiencias educativas necesarias y participativas. Explicamos a nuestro entrevistado que Club de Lectores fomenta y promueve el gusto por la lectura, y luego le preguntamos:

¿Por qué elegiste la docencia como profesión?

Bueno, vengo de una familia en la que mi madre era maestra normalista. Enseñaba literatura española. Mi padre es pintor, un artista con mucho talento. Mi casa siemp re estaba llena de intelectuales y creadores que de alguna manera me esti mularon el interés hacia la educación. Había amor a los libros y al arte. Durante mi infancia fui un alumno que padeció la didáctica tradicionalista de las escuelas públicas mexicanas de hace cuarenta años y no encajaba en el sistema educativo tradicional. Como estudiante puedo decir que hasta mi ingreso al Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM encontré un lugar en el que me sentí cómodo y estimulado para aprender. Aunque en los años sesenta y setenta la educación pública tenía un gran prestigio yo no encajaba bien en los sistemas enciclopedistas y memoristas de la época y, como ya lo mencioné, hasta el nivel de educación media superior y gracias a la metodología vigente en aquellos años aplicada en el CCH Sur, me abrieron las puertas a mi capacidad crítica y pude expresarme sobre diferentes temas, y no ser solamente receptor de la información que ofrecían los maestros.

¿Cuándo te diste cuenta que querías ser pedagogo?

Siendo adolescente colaboré en una asociación civil que realizaba actividades de servicio social focalizaba sus actividades en cárceles, orfelinatos y asilos; en especial el trabajo con niños y con menores infractores permitió darme cuenta que la educación era mi vocación y fue un estímulo para escoger la carrera de pedagogía. Como pedagogo, comencé diseñando programas e impartiendo cursos de capacitación empresarial pues era una actividad rentable, sin embargo, de forma paralela orienté mis actividades para trabajar con adolescentes en su formación cívica y ética, en su educación sexual, en el desarrollo de sus proyectos de vida, y durante mis intervenciones con los adolescentes me di cuenta que el trabajo al que debía orientar mis esfuerzos estaba en el campo del mejoramiento de sus relaciones y vínculos con sus padres. Debía trabajar más con las madres y padres de familia, crear una escuela para padres.

¿Cómo es posible lograr, en estos tiempos modernos, una buena comunicación entre los padres y los hijos? La pregunta se vincula a la información que reciben los jóvenes al utilizar las nuevas tecnologías.

El desencuentro que existe entre los jóvenes y los adultos respecto a la tecnología tiene dos vertientes: los problemas de socialización e incluso la adicción y los trastornos de conducta que puede detonar su uso irrestricto y por otro lado, los riesgos derivados de contenidos inapropiados para la edad o aquellos que pueden derivar en actos delictivos de todo tipo contra los menores. Es fundamental que los padres encontremos un punto medio que equilibre el uso de la tecnología. No satanizarla y prohibirla pero tampoco dejar de supervisar su uso seguro, moderado y sensato. Lo que se debe lograr es que los hijos tengan más amigos reales que virtuales y que naveguen bajo normas de seguridad en un entorno que, efectivamente, es peligroso.

De acuerdo con lo que dices, ¿los padres han quedado obsoletos respecto a la comunicación con las nuevas tecnologías?

Puede ser, sin embargo una madre o padre actual conectado a la red, capaz de ponerse a sí misma o así mismo límites de tiempo para su propio uso, que navegue de manera segura, estará más posibilitado para ejercer límites eficaces con sus hijos al respecto. La obsolescencia significa que nuestros códigos de comunicación son diferentes de aquellos que utiliza quien supuestamente debe ser el receptor de nuestra comunicación, y por lo tanto ya no hay conexión real, sólo palabras con significados ajenos a cada uno, y esto aplica no solamente en lo tecnológico sino en muchos otros temas como la sexualidad, el proyecto de vida, entre muchos otros aspectos vitales para educar a los hijos de hoy.

¿Qué método utilizas en las clases que impartes en las escuelas? ¿Priorizas la participación y el intercambio con los alumnos o das clases magistrales?

En las conferencias que realizo para población adulta, los padres participan a partir de un marco teórico que se establece, y les damos tiempo oportunidad para comunicar e intercambiar experiencias. Esto sucede cuando tengo la oportunidad de facilitar talleres; sin embargo para alcanzar poblaciones vulnerables en zonas de alta marginalidad no alfabetizadas, utilizo una estrategia diferente: uso historietas educativas. Capacito a maestros así como a promotores voluntarios para que formen círculos de diálogo y de lectura. En este esquema, las personas analfabetas pueden integrarse e interactuar observando las imágenes de las historietas educativas y compartir sus experiencias e inquietudes en un diálogo grupal. En gran parte del país, durante treinta y dos años, he indagado para conocer qué aptitudes parentales requieren los adultos de hoy para estar a la altura de los retos educativos de los hijos de hoy. En Escuela para Padres generamos contenidos útiles para padres y maestros que fomenten la salud mental y la funcionalidad social de las familias y las escuelas.

Tú realizas un trabajo muy innovador. ¿Los programas oficiales de educación incluyen los temas que trabajas?

Hay programas de convivencia escolar. El Estado de México tiene un programa muy bien estructurado que se llama "Convivencia escolar". Está fuertemente orientado a la prevención del acoso escolar.

¿El acoso escolar es lo mismo que el bullying?

El bullying es un problema de violencia escolar muy acotado que debemos considerar y abordar específicamente; cualquier conflicto lo confunden y llaman bullying. Para que una conducta sea considerada como "acoso escolar" requiere cumplir con ciertos requisitos; entre otros, que el conflicto existente entre los involucrados sea reiterado, no ocasional, aislado o circunstancial que que haya un gran desequilibrio percibido o real de poder (físico, psicológico o social) entre los involucrados y sirve para ejercer poder y dominio ; puede ser físico, verbal o psicológico , creando un ambiente de temor, siendo disruptivo para la operación y funcionamiento del aula y la escuela en general. Los matices dentro del abanico de las conductas violentas son muchos, y debemos marcar las diferencias entre cada una de ellas para tratarlas de manera diferenciada. Mi experiencia me indica que hay mucha violencia en las escuelas, pero no tantos casos de acoso escolar como se menciona en los medios. Y esta diferencia importa, pues se abordan con estrategias diferenciadas.

Puedo suponer que el acoso existe en todos los tipos de las relaciones humanas. ¿Crees que se debe tratar de manera diferente de acuerdo a las circunstancias en las que se presenta?

Yo le llamaría violencia, no acoso. El acoso es una variante específica de la violencia. Cada situación merece un manejo diferenciado. Debe dejar de usarse el término bullying para referirse genéricamente a los conflictos interpersonales (en el trabajo, entre hermanos, entre padres y maestros, etcétera) pues se confunden las posibles opciones de solución. Esto lo planteo en dos libros dirigidos a profesores titulados: Disciplina inteligente en la escuela y Aprender a convivir en la escuela.

¿Crees que sería necesario tener un plan de estudios para el desarrollo de las competencias parentales?

Eso es muy importante, los padres necesitan adquirir y desarrollar aptitudes para proveer una crianza positiva, para vincularse profundamente, sin ansiedades ni temores con sus hijos. Es muy importante que los padres tengan herramientas para que, junto con los maestros de la escuela, se practique una convivencia civilizada. Propongo que los maestros se preparen también como asesores educativos de los padres. Así, la comunidad educativa escolar tendrá un mejor tono emocional que permita una mejor socialización que sirva de base para un aprovechamiento académico aceptable de los alumnos.

¿Crees que hay materias de estudio, como por ejemplo la educación física, que habría que contemplar en los planes de estudio para motivar a una buena convivencia?

Es importante que se considere a la salud física, a la creatividad y al arte como ejes fundamentales de la educación básica de nuestro país. He observado a jóvenes desahuciados socialmente que al integrarse y participar en actividades vinculadas al arte y al deporte competitivo han encontrado una veta de expresión que los ha rescatado personal y socialmente. El teatro, la música, la pintura, las actividades vinculadas a las nuevas tecnologías son factores de canalización y orientación para las conductas pro-sociales y el buen aprendizaje.

¿Qué significa ser maestro?

Una oportunidad para trascender en la vida de otros de manera cotidiana. El maestro es aquella persona con ciertas capacidades y habilidades que busca no sólo la enseñanza de conceptos y el aprendizaje cognitivo de sus estudiantes, sino desarrollar en ellos la capacidad de crítica, de creatividad, de conciencia personal y social, así como el desarrollo de sus talentos y habilidades de transformación. Hay que tener presentes las acciones y palabras de John Dewey, quien enfatizaba que la escuela es un elemento vinculante, un puente con la sociedad en la que está inserta. Él ha sido considerado el precursor e inspirador de los reformadores partidarios de una enseñanza centrada en el niño. La escuela, para Dewey, se concibe como una reconstrucción del orden social, en la que el educador es un guía y orientador de los alumnos. En mi experiencia, de primera mano con maestros de todo el país, hay una gran mayoría de docentes en búsqueda de alternativas por hacer el bien en su comunidad a través del impacto en sus alumnos. Ser maestro es una de las profesiones más dignas y placenteras.
Agradezco a Club de Lectores que me permita estar presente con los maestros mexicanos.