Felipe Garrido es narrador, poeta, traductor, cronista, director adjunto de la Academia Mexicana de la Lengua; profesor, ensayista, editor, promotor de literatura en diferentes espacios. Fue gerente de producción del Fondo de Cultura Económica, director de Literatura en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y también en la UNAM, director del programa "Libros del Rincón" de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y director de Publicaciones en el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA). Para Club de Lectores es un honor esta entrevista; compartir con maestros y maestras los mensajes, comentarios y reflexiones del maestro Felipe Garrido ayudará a que se trasmita y mejore el gusto por la lectura.
¿Cómo se definiría esto que llaman promoción de la lectura?
Creo que actualmente hay que llamar a esto "formación de lectores capaces de producir textos". Tiene que ver con la formación de personas, de seres humanos. La lectura no es un detergente que haya que promover como un producto más. La animación de la lectura nunca me pareció que tuviera mucha importancia porque la experiencia me mostró que en un salón de clase de 30 o 40 alumnos intercambiaban tarjetitas, se movían de un lado a otro y al final de los 40 o 50 minutos que se había trabajado nadie había leído nada; más bien, habían jugado un rato.
Pensando en los libreros y en los representantes de venta de las editoriales que comercializan el producto libro, ¿te pregunto si el libro es también un producto más de la canasta familiar?
En parte sí, es una mercancía y a distintas clases de libros les corresponden públicos diferentes. Por ejemplo, la Academia Mexicana de la Lengua produce ediciones críticas para un público muy especializado y muy pequeño; es un sector mínimo de la sociedad, pero es un público que también debe ser atendido. La Academia produce también libros para un público más amplio: literatura, diccionarios, obras sobre la lengua. Cada editor necesita encontrar cómo colocar el producto que fabrica en el lugar adecuado, para que llegue al público al que va dirigido. Se habla del libro en general, pero hay una enorme cantidad de tipos de libros y de diferentes públicos que buscan y leen esos libros.
¿Cuál sería el papel de los maestros en la tarea de formar lectores?
Los maestros pueden y deben ser los más importantes formadores de lectores capaces de escribir. Su papel es decisivo. Hay una diferencia entre lectores y alfabetos no lectores. Estos últimos saben leer y escribir, lo hacen todos los días, pero nunca leen por gusto, por el interés personal en leer; los lectores son un porcentaje muy reducido de las personas que saben leer y escribir. Son los pocos que han sido iniciados en los placeres de la lectura y la escritura. Las estadísticas indican que los porcentajes de lectores son muy bajos con respecto a los alfabetos no lectores, que leen y escriben sólo por obligación. Hasta ahora la finalidad de la educación básica ha sido alfabetizar a la población, y eso lo ha conseguido; hace falta que deje de ser sólo eso. Su meta debe ser la formación de lectores capaces de producir textos.
En la tarea que realizan los maestros para formar lectores entre otras materias que enseñan. ¿Crees tú que deberían también motivar y enseñar a escribir. Me refiero escribir textos para leer?
Actualmente hay que formar lectores que puedan escribir. La escritura es parte de la lectura. Es la otra cara de la misma moneda. Hay que formar lectores que sean capaces de producir textos. Junto con el habla, leer y escribir son las operaciones básicas de la comunicación.
En los últimos años ha evolucionado mucho la educación y en los planes de estudio de la SEP se enfatiza en erradicar el analfabetismo y tú lo mencionas y destacas mucho. ¿Qué opinas de las campañas de lectura?
Las campañas de lectura pueden ser una manera de llamar la atención sobre la necesidad de formar lectores, pero no los pueden formar porque son necesariamente breves, y la clase de lectores que nos hace falta se forma con el trabajo de cada día, a lo largo de años. Eso pueden hacerlo los maestros y, por supuesto, los padres de familia. El maestro debe seducir a sus alumnos, para que éstos comiencen a leer, y con el tiempo queden formados: lean y escriban todos los días, por el gusto de hacerlo. Hay que leer no para sólo divertirse o para instruirse, sino para vivir. Para eso hace falta que los propios maestros sean lectores capaces de producir textos. Un maestro tiene la obligación de ser lector, si alguien quiere dedicarse a formar a otra persona tiene la obligación de ser lector. La lectura es un trabajo de constancia, de todos los días.
¿Cuál consideras que es la meta de la educación básica?
Como lo dije antes, la educación básica debe tener como meta la formación de los alumnos como lectores capaces de escribir. A estos lectores los formará la frecuentación de la lectura y la escritura, la orientación, el estímulo que reciban para descubrir los placeres y las ventajas de la lectura. Si se quiere elevar el índice de lectura hace falta editar libros a precios accesibles, distribuirlos de manera eficiente, poner en servicio más y mejores bibliotecas y también librerías, festivales de lectura, ferias del libro. La formación de lectores capaces de producir textos debería ser la mayor de las preocupaciones del Estado respecto a los libros, la educación y la política cultural.
¿Qué nos puedes decir sobre las nuevas tecnologías?
Las nuevas tecnologías son un recurso de valor inestimable y no una amenaza para la lectura ni para la escritura. En su mayor parte, los libros terminarán siendo digitales. Sobre todo los libros técnicos y los libros de estudio, que necesitan ser actualizados constante y rápidamente. A lo largo de la historia los libros han cambiado de soporte muchas veces. La forma que durante más tiempo han tenido es la del rollo de papiro. Durante tres mil años así fueron los libros en nuestra tradición cultural. Necesitamos familiarizarnos con los soportes de lectura modernos y aprender a aprovecharlos. Quedarnos al margen de la revolución digital es imposible; oponerle resistencia sería una torpeza.
¿Qué quiere decir educación de calidad?
La revolución digital ya sucedió y las nuevas tecnologías son indispensables para mejorar la educación. Al igual que con los libros impresos, es importante cuidar los contenidos para beneficiar la formación de maestros y alumnos. Un espejismo peligroso es creer que la educación de calidad es solamente equipar las escuelas con nuevos instrumentos de enseñanza. El más importante de los instrumentos en un aula es el profesor. La educación de calidad comienza con los maestros de calidad; es decir, profesores que sean lectores capaces de producir textos; sólo esa clase de docentes podrá formar a los alumnos como lectores que puedan producir textos. Hasta ahora se ha enseñado a reconocer las palabras, pero pocas veces se ha ayudado a que los alumnos aprendan a utilizar los libros: a tener acceso al inmenso caudal de experiencias y conocimientos que se halla en los libros, más allá de los textos escolares. La lectura es en nuestro mundo el principal medio de aprendizaje, de experiencia y de formación.
Club de Lectores agradece la entrevista al maestro Felipe Garrido; sus enseñanzas serán valoradas y aprovechadas por los maestros para beneficio de una mejor educación, que logre formar lectores capaces de escribir. Nos queda su mensaje que: "A leer se aprende leyendo. A escribir se aprende escribiendo".
Numero 54
Queda prohibida la reproducción total o parcial de este sitio por
cualquier medio o procedimiento sin la autorización previa, expresa
y por escrito de Grupo Edilar. Toda forma de uso no autorizado será
perseguida con lo establecido en la Ley Federal del Derecho de Autor
o cualquier otra legislacion aplicable.
Los artículos así como su contenido, su estilo y las opiniones expresadas
en ellos, son responsabilidad de los autores y no necesariamente reflejan
la opinión de Edilar, S.A. de C.V.