En una mañana de bullicio citadino llegamos a la colonia Condesa, en la capital mexicana, a un departamento soleado, lleno de recuerdos, objetos cargados de significados, libreros llenos de libros y un ambiente acogedor. Compartimos con nuestros lectores la plática con la escritora Rebeca Orozco que nos cautivó con relatos de anécdotas y experiencias.
Rebeca ¿en qué te inspiras para escribir tus cuentos y novelas?.
Mi tema favorito es México. Yo estudié la carrera de ciencias de la comunicación, porque siempre me atrajo el periodismo y de adolescente hacía letras de canciones. También hacía guiones para radio y televisión.. Todo esto viene por el amor a la palabra, el sonido, la forma, todo lo que se puede decir; el ritmo, el sonido y hasta el color de la palabra. Escribía para programas de niños, y a partir de esto una amiga Claudia Burr me invitó a la editorial Tecolote a hacer libros para niños. Esto permitió que buscara un estilo para poder trasmitir a los niños historias y cuentos. La escritura es esencial en mi vida. Paralelamente a la escritura para niños comencé a escribir para adultos. Mi primera novela se llamó Entre Coyoacán y Amores. Fue una novela sobre la vida de mis abuelos que tenían un restaurante frente a los estudios de cine y sucedía en los años cuarenta. Allí iban los actores y actrices de cine, que eran estrellas de la época como Pedro Infante y María Félix entre otros. Un hermano de mi abuela o sea mi tío abuelo, Roberto Gavaldón también llevaba a su amigos; allí se conocieron mi padres. Todo lo que escribo es sobre México, su cultura, arte, historia y costumbres. Cuando vivía en Metepec escribí un libro Azul rey, Azul reina, editado por el Instituto de Cultura Mexiquense en el año 2002 sobre las festividades mexicanas y personajes creados por mí. Allí describía en diferentes cuentos ambientes pueblerinos y fantasmas revolucionarios.
Rebeca, te dieron una beca para escribir ¿verdad?.
Si, me dieron la Beca del Fondo de la Cultura y las Artes del Estado de México para escribir la novela sobre La Corregidora. A partir de que escribí un libro sobre Josefa Ortiz de Domínguez para niños esta mujer me cautivó y escribí Tres golpes de tacón. Doña Josefa, una mujer que en la época en que vivió, fue realmente sorprendente y pensé que tenía que escribir una novela para adultos sobre su vida; la investigación me llevó 5 años.
A ti te importa destacar la identidad mexicana y sobre este tema ¿qué mensaje quieres dar?, ¿qué quieres resaltar?.
Fíjate, yo trabajé en el Instituto Nacional de Bellas Artes en una época en que se hablaba mucho de la identidad nacional. Asistí a una que otra ciudad para escuchar pláticas sobre el tema y nos preguntábamos cómo ser mejores y así poder hacer algo por el país. Queríamos conocer sobre sus virtudes y defectos. Yo lo que quiero es que el lector se emocione con la lectura; que los textos reflejen la identidad nacional, que la literatura emocione.
En esto que dices que el lector se emocione, en esta manera menos solemne ¿se puede conocer mejor a los personajes que hicieron o construyeron nuestra patria?. En el estereotipo que tenemos de los próceres: serios, responsables, austeros, autoritarios; esta mujer, Josefa Ortiz de Domínguez, vanguardista de su época, rebelde, ¿permite en tu libro ser conocida de una manera diferente?
Mira, cuando yo era niña leía que la historia de la Patria estaba basada en fechas en acontecimientos, en héroes intocables, perfectos, que no se equivocaban, que no sentían, que no tenían amores, ni amantes. Yo quiero contar anécdotas e historias para acercar al personaje de la historia y que el lector tome café con Doña Josefa, que no la vea solamente en un monumento de piedra. Yo quiero que sea de carne y sueños, decía un amigo escritor. Para poder llegar a esa identidad nacional no necesitamos acercarnos a los seres intelectualmente o de manera rígida como seres inalcanzables, sino más cotidianos, por sus costumbres o por sus hábitos. El lector puede encontrar similitudes por medio de textos amenos y cotidianos. Nuestra identidad está en nuestro pasado y también en nuestro presente. Muchas de las costumbres de la colonia persisten actualmente. Creo que hay una corriente de escritores que se acercan más a los personajes de la historia para hacerlos ver más humanos y sentirlos más próximos mostrando las facetas humanas de los héroes.
¿Qué mensaje podrías dar a los maestros sobre la lectura y los sentimientos que ésta produce para que así ellos trasmitan a sus alumnos y los contagien del gusto por la misma?
Cuando yo comento sobre un libro lo primero que digo es lo que el libro me hizo sentir. ¡Cómo lloré cuando leí tal libro!. En un texto que dice: "el cocodrilo era maravilloso", mostrar que me hizo vibrar. Ver la parte lúdica de las lecturas. Trasmitir lo que los personajes de los libros hacen y también jugar con ejercicios que sean todo lo contrario de lo que ellos hacen en los libros. En los talleres que doy los niños tienen ideas increíbles y les ponen finales diferentes a las historias. Y eso es muy divertido
Rebeca, ¿tú crees que con los festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución se puede aprender y tener uninterés mayor en los temas históricos y si éstos facilitan o no, el conocimiento de la historia?
Yo pienso y siento que el hablar de todos estos temas, el ver cómo se va a festejar el 16 de septiembre, o cómo se va a hacer tal programa o entrar a una librería y ver más libros de historia, sí, está moviendo algo y está haciendo reflexionar. Sí, hay que festejar los grandes momentos de la historia; las formas no me interesan tanto, los modos son elecciones individuales.
¿Cuál es el papel de la mujer en la historia y qué admiras tú de Doña Josefa?
Yo admiro su valentía; es que se necesita ser muy valiente para haberse enfrentado a un virreinato y a un poder de tres siglos y conspirar. Este libro ha provocado interés y se ha permitido comentar en diferentes círculos de lectura. Varias señoras se han preguntado cómo una mujer con 14 hijos se arriesgaba tanto y arriesgaba a su familia. Lo importante es que Doña Josefa fue una mujer que actuaba como pensaba era muy valiente y liberal. En Doña Josefa están también las mujeres de mi familia que admiro mucho: mi abuela, mi madre, mis hermanas.
¿Qué te ofrecen los libros?
Un libro te da imágenes, color, paisajes, te permite ir a otro tiempo. Puedes conocer a diferentes personajes y sus sentimientos, te da tolerancia en la vida cotidiana y una comprensión de cómo son los demás en la vida real. Los maestros van a tener elementos para acercarse a sus alumnos; entender que hay que personalizar la educación, y así va a surgir espontáneamente el deseo por la lectura.
Numero 34
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